El hidrógeno verde en la carrera por la descarbonización

El pasado jueves 31 de agosto, Schneider Electric, empresa líder en gestión de energía y digitalización, llevó a cabo la edición 2023 de su Innovation Day, un evento abierto al público que busca reunir a personajes clave en el ámbito industrial y empresarial con el objetivo de abordar los principales retos en materia de cambio climático y transición energética con miras a la alineación de una agenda común encaminada hacia el progreso sostenible. En esta ocasión, el Innovation Day tuvo como objetivo mostrar a los asistentes el papel que desempeña la electrificación en la construcción de las “Ciudades del Futuro”; para ello, montó diversos paneles interactivos en los cuales se exhibieron las diferentes soluciones de gestión energética con las que cuenta Schneider Electric para mejorar la eficiencia e impulsar una gestión más limpia y segura de establecimientos como hospitales, hoteles, centros industriales, centros de datos y edificios residenciales. Adicionalmente, el evento contó con la participación de múltiples conferencistas pertenecientes a firmas representativas de industrias como la energética, de alimentos y bebidas, servicios financieros, tiendas comerciales y de autoservicio, minería y seguridad, tales como Walmart de México y Centroamérica, Coca-Cola FEMSA, OXXO, Banorte , Sigma, HSBC, Ternium y Fortinet ; sin dejar de lado la importante representación de los sectores público y académico. María Valencia, gerente de Vinculación y Relaciones Institucionales en Seisa Energía—compañía pionera en generación eficiente y biogás—, presentó la charla “El hidrógeno verde en la carrera por la descarbonización”, en la cual abordó la importancia de la reducción de las emisiones de carbono y la adopción de un modelo energético más sostenible; en este sentido, empleó la analogía del maratón para desmembrar cada una de las motivaciones de la compañía para llegar a la tan ansiada meta. Para ello, se centró en cuatro factores nucleares: la urgente atención que requiere la crisis climática; los estándares de costo-efectividad que han alcanzado las energías renovables, cuyos costos, a la fecha, incluso compiten con los de los combustibles fósiles; así como la necesidad de contar con un comercio de emisiones, que obligue a las empresas que más emisiones generen a compensarlas a través de herramientas como bonos de carbono; e incrementar la incorporación de criterios ESG a nivel empresarial. “Si estamos hablando de una carrera, ¿cuál es la meta?, ¿a dónde queremos llegar? Si hablamos de gobiernos, más de 131 países están comprometidos con lograr emisiones netas cero, que, en total, representan el 88% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI). Entonces, hemos visto cómo todos estos países han reorientado sus estrategias, diversificando sus matrices energéticas e invirtiendo en electrificación, movilidad e industria”, mencionó. En este sentido, agregó que el principal reto que se presenta en la materia se relaciona directamente con el financiamiento, ya que, de acuerdo con las estimaciones, se requieren alrededor de 194.2 billones de dólares de inversiones en tecnologías como electromovilidad, hidrógeno verde y bombas de calor, para lograr las metas cero emisiones a 2050, lo que representa una inversión de casi siete billones de dólares anuales. “¿Entonces, ¿de dónde va a salir todo ese dinero? Pues de todos los fondos y bancos que ahorita están buscando invertir en ESG. Tenemos diversas herramientas para esta carrera más allá de lo fotovoltaico y eólico, y esto es parte del mito de que las energías renovables no son rentables. Desde hace más de 20 años los costos de energía se han ido reduciendo y, por lo tanto, el mercado ha ido adoptando cada vez más estas tecnologías, ya es costo-efectiva la transición energética, ya es negocio, y es por eso que vemos a muchas empresas de oil & gas migrando o cambiando su giro de negocio”. Así, afirmó que, de acuerdo con el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), actualmente, existen más de 40 opciones para mitigar emisiones de carbono en las áreas de generación de energía, agricultura, transporte, edificios e industria: “hoy por hoy, ya es posible descarbonizar los sectores de generación de energía, agricultura, transporte, edificios e industria, que son los que más integran las emisiones netas globales”. De esta forma, mencionó que el rol que juega el hidrógeno verde en este panorama, según la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés), es el de coadyuvar en el cumplimiento de la meta del Acuerdo de París de limitar el aumento de las temperaturas globales a 1.5°C para 2050. Si bien para ello, se requiere de eficiencia energética, electrificación y una mayor penetración en el mercado de energías renovables, esto sólo representa el 70% de la mitigación. El 30% restante se compone de soluciones de bioenergía, captura y almacenamiento de carbono y, por supuesto, de hidrógeno verde. No obstante, uno de los principales retos asociados al uso del hidrógeno verde es su costo. Hoy por hoy, si bien oscila alrededor de los 3.40 dólares por kilogramo, este monto no contempla todos los cambios a nivel infraestructura que se tienen que desarrollar para su implementación. “El hidrógeno verde es un gas, como el gas natural, pero mucho más complejo, tiene un poder calorífico mayor, y requiere de cambios en la infraestructura. Al día de hoy, no se puede inyectar en los gasoductos, entonces si quisiéramos desarrollar una infraestructura para su distribución a industrias como la del acero o la del cemento, no podríamos llevarlo a través de los gasoductos, tendría que ser comprimido o licuado y eso es muy costoso”. Sin embargo, más allá de los retos vinculados a su uso, la ejecutiva destacó las múltiples aplicaciones que éste tiene, ya que tiene una alta participación en cuatro niveles críticos: industria, transporte, edificios y energía. En este sentido, destacó su implementación en segmentos difíciles de descarbonizar, como el transporte pesado de carga, la generación y almacenamiento de energía, así como la industria química, la del metal y el acero. “Si bien el hidrógeno verde es un gas complejo, esto no significa que no se pueda manejar. Es por ello que yo siempre les digo que si tienen interés en hacer un proyecto de hidrógeno verde, es importante que se sienten con todos los stakeholders porque son proyectos con alto riesgo, entonces, siempre les sugiero hacer un joint venture para compartir riesgos tanto económicos como técnicos. Creo que de esta forma es como podemos empezar a ver los primeros proyectos de producción de hidrógeno verde en México”, concluyó.